Ha vuelto el otoño y con él las lluvias, por lo tanto, llegan las preocupaciones por las temibles goteras y los daños que están pueden causar en terrazas y azoteas de nuestra propiedad. Y es que, asegurarse de que este tipo de situaciones no ocurran, deben ser previstas con tiempo. Solo así tendremos la seguridad que esos lugares estarán en condiciones óptimas al arribo de estas temporadas húmedas.
En muchos casos se solicitan trabajos de aislamiento de terrazas y cubiertas de forma urgente, dado que ya comienzan las primeras precipitaciones propias de la época. Sin embargo, tareas requeridas con tal premura conllevan generalmente a resultados no adecuados, debido a que los tiempos de espera de secado del revestimiento aplicado no se cumplió apropiadamente o no se llevó a cabo un trabajo integral, en el cual se ponga principal atención a grietas y las juntas.
Recomendaciones para un buen aislamiento de terrazas y azoteas
Normalmente, al realizar un trabajo de aislamiento o impermeabilización de cubiertas ya sean transitables o no, la recomendación principal es emplear el verano para tal labor aprovechando así esa época de mucho sol y calor.
Con suficiente tiempo se puede realizar un trabajo exhaustivo. Esto permite una inspección minuciosa de todo el lugar y determinar dónde están esas fisuras o grietas por el cual pueda correr el agua. Además, si llegan a existir goteras y manchas de humedad, esto se traduce en que la cubierta y paredes están saturadas de agua, tardando en evaporarse; un síntoma de que alguna causa atrasa tal proceso, y eso hay que averiguarlo.
Igualmente, el grueso de la losa forjado ubicado en la terraza puede ser causante de tal gotera o humedad, así como el recrecido del cemento o el tipo de carga que esta terraza tenga. La composición de las baldosas también puede ser el origen de tales filtraciones. Por ejemplo, al ser baldosas de cerámica las dificultades para la impermeabilización son mayores.
La importancia del tratamiento de grietas y juntas es vital, pues en una terraza o azotea ellas integran la principal vía para el paso del agua. Para comenzar una inmejorable tarea de aislamiento en la cubierta, se debe eliminar todo el material que rodea las juntas de dilatación y rellenar con un revestimiento.
Lo mismo ocurre con las grietas, ya sea que sean leves, como fisuras, o más profundas, en cualquiera de los casos es necesario que se realice la estanqueidad que amerite, empleando materiales de primera calidad para una impermeabilización adecuada que garantice que en lo sucesivo no existirá más agua acumulada en esa zona de la edificación.
Lo ideal: una impermeabilización continua
El tratamiento continuo de las cubiertas transitables, como azoteas y terrazas es el recurso eficaz para que estos lugares se mantengan en buenas condiciones. En tal sentido, la aplicación del revestimiento elástico como Imper Fibra avala resultados inmejorables, dando cuenta de la superioridad de este producto, aportando soluciones inmediatas a los problemas de humedad.
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